
Llevo preguntándome varios años, desde que empecé con mi consultora Albuera Consulting para restaurantes y empresas medianas del sector horeca. ¿Porqué me cuesta tanto transmitir la diferencia entre gasto e inversión?. Quizá no he usado las palabras correctas, es posible que no me haya sabido explicar y un largo etc. de posibilidades, al final al igual que en las relaciones personales todo es bastante más sencillo. No es que no se entienda, es que no se quiere entender.
Gasto: “lo que hacemos es realizar una transacción dando dinero a cambio de recibir un bien o servicio”.

Inversión: “es una cantidad limitada de dinero que se pone a disposición de terceros, de una empresa o de un conjunto de acciones, con la finalidad de que se incremente con las ganancias“. Y es aquí donde vamos al titulo de este articulo. En una empresa hay muchas inversiones que no son tangibles sino intangibles , otras a corto plazo y otras a largo plazo. Me centro en las intangibles porqué desde mi experiencia son las menos valoradas.
El conocimiento como bien intangible: El conocer como funcionan las cosas, empresas, etc. es como si nos viniese dado por la divina naturaleza. Y no es así, hay que trabajárselo muchísimo. Primero hay que formase en el sector adecuado, conseguir practica para aplicar lo aprendido y generar un retorno de esa inversión inicial para la empresa. Pero la historia no acaba ahí sino quieres quedar desfasado tienes que estar en formación continua. Es como la Planificación estratégica que toda empresa debería poder desarrollar.
Objetivos, estrategia y plan de acción estas tres palabras no son estáticas forman la raíz de toda buena planificación. Aquí esta la gran diferencia con otros países de nuestro entorno, en España no planificamos casi nada en esas pequeñas y medianas empresas. Funcionan por la inercia de los mercados, no por una buena base de conocimiento empresarial. Por este motivo somos tan volátiles y ante cualquier imprevisto más o menos grave caemos al hoyo. Sin recursos y vociferando quejas continuas. No es cuestión de quejas, sino, de trabajo continuo e inversión en desarrollo empresarial.

Y sobre todo mucha, mucha, ACTITUD para el cambio.